jueves, 15 de marzo de 2012



centauro

El centauro es un ser con cuerpo de caballo y el torso, brazos y cabeza de hombre. Habita en equilibrio con la naturaleza, así que sólo caza lo que necesita para vivir y, si tala un árbol, planta otro. Es habitual encontrarlos en prados, claros y bosques de hoja caduca. Son muy sociables con otras especies del bosque. Los centauros son conocidos por sus habilidades con la lanza y con el arco, aunque también pueden usar garrotes y escudos a la hora de la lucha. Son seres de gran fuerza, sobre todo por su parte animal. Esta parte de caballo les permite cocear, pisotear y cargar con lanza. Su sociedad está formada por tribus donde suele haber una élite de centauros guerreros y, al menos, un sacerdote que será considerado el líder. Es famosa su afición por el vino, que les tranforma en seres desagradables y algo toscos, incluso agresivos. Una de las leyendas de la mitología griega cuenta que el primer centauro fue Chirón. Chirón era un titán que entró en guerra con los jóvenes dioses el Olimpo, pero perdió. Como castigo, Apolo, el dios de la luz y la razón, lo convirtió en mitad hombre y mitad caballo. En la leyenda se narra cómo fue herido por una flecha venenosa y, tras un tiempo de agonía, renunció a su inmortalidad. Chirón cedió su inmortalidad a Prometeo, otro titán. Zeus, como agradececimiento por este gesto, dibujó la forma de centauro de Chirón en una constelación y le dio el nombre de Sagitario.
El basilisco1 (del latín basiliscus, y éste del griego βασιλίσκος basilískos: «pequeño rey») era un ser mitológico creado por la mitología griega que se describía como una pequeña serpiente cargada de veneno letal y que podía matar con la simple mirada, que consideraban el rey de las serpientes. Posteriormente se lo ha representado de diversas maneras siempre con características reptilianas.
Animal mitológico que se caracteriza por el poder destructor de su mirada, que le convierte en reyezuelo de las sierpes (basiliskosen griego es diminutivo de Basileus, rey). En el bíblico libro de Isaías, cuando se profetiza el estado pacífico y la armonía que alcanzarán las criaturas a la llegada del Mesías, se anuncia que «el niño de teta se divertirá sobre la cueva del áspid, y el destetado meterá su mano en la caverna del basilisco» (XI:8). Plinio o Dioscórides entre los antiguos, Alonso López de Corella o Ulises Aldrovandi entre los modernos, fueron describiendo distintos aspectos de tan mortífero animal: que nacía de un huevo que ponen los gallos cuando viejos, que es víctima del poder de su propia mirada reflejada en un espejo, &c. Todavía en tiempos de Feijooconservaban basiliscos disecados algunos gabinetes de historia natural.